2/5/17

LA DANZA CONTEMPORÁNEA EN ESPAÑA


Como ya sabemos durante la dictadura hubo una gran censura en las artes, la danza no se salvó. La danza moderna que se alejaba de lo clásico no tenía lugar aquí.

Bailarinas y coreógrafas de Madrid y Barcelona fueron las primeras en acercar lo vanguardista, lo impresionista y lo exótico a la danza. Todas tuvieron problemas con la censura y tuvieron que marcharse a Francia. En Barcelona destacan Áurea Sarrá, Tórtola Valencia y Josefina Cirrera; en Madrid lo hace Pilar Sierra.

Primera Generación


En los años 70 la danza contemporánea empieza a surgir como tal. La censura no es tan fuerte, compañías de danza contemporánea (Ballet du XXe Siècle de Maurice Béjart) pueden venir e influenciar otras, y los artistas de todos los campos quieren cambiar lo que se había hecho de la misma manera durante tanto tiempo. Los nuevos aristas que aparecen se encuentran ante dos opciones, ir a otros países a formarse en la danza contemporánea o quedarse en España y crear sus propias escuelas. A los creadores que deciden quedarse se les considera la primera generación de bailarines, coreógrafos e intérpretes de danza contemporánea españoles.

En esta primera generación el grupo de Barcelona tuvo gran importancia dado que cuenta con la mayor parte de artistas y compañías como el Ballet Contemporani, la Compañía de Jesús Burquet, el colectivo Heura (compuesto por 9 mujeres) y la artista Anna Maleras. En Madrid destaca Carmen Senra. Esta desproporción de artistas y compañías es debida a que en Barcelona se podía estudiar danza contemporánea dentro del Institut de Teatre desde comienzos de los 80 y en Madrid no se podía estudiar esta modalidad hasta el año 2000 cuando la propuso el Real Conservatorio Profesional de Danza de Madrid.


Segunda Generación


La segunda generación comienza a mediados de los 80. En este tiempo hay algunas compañías que desaparecen pero surgen muchas otras para reemplazarlas esto fue posible dado que el Ministerio de Cultura daban subvenciones a la danza contemporánea.

A parte de la ayuda económica, la danza contemporánea consigue más reconocimiento  a lo largo de los 90 gracias a que Nacho Duato se convierte en director de la Compañía Nacional de Danza, y a la contemporánea le hace un hueco especial en ella.  También podemos destacar la función de El Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas en Madrid y de El Mercat de las Flors por hacer llegar a un mayor público este tipo de danza al igual que los distintos concursos y certámenes celebrados en las dos ciudades.

En el siglo XXI la danza en general está teniendo dificultades:  la crisis económica hace los distintos países no la promueven, las compañías estables acaparan todas las ayudas económicas no dejando a las nuevas aprovecharse de estas, hace falta nuevos artistas que quieran dedicarse a la creación y ala dirección de compañías. Por todos estos impedimentos hay un vacío generacional que el Institut de Teatre y el Real Conservatorio Profesional de Danza no están siendo capaces de llenar. Siguen siendo los creadores de la segunda generación los que pueden formar nuevas compañías y muchas veces lo hacen fuera de España buscando una mayor estabilidad económica.

1/5/17

ROLAND PETIT Y SU INFLUENCIA EN LA DANZA


Roland Petit nació en Villemomble, Francia, en 1924.

 Es uno de los coreógrafos más importantes del siglo XX. Su obra ha servido como ejemplo de un ballet basado en la libertad y la expresividad.

 Petit comenzó a estudiar con 10 años en la Escuela del Ballet de la ópera de París y a los 16 ya era uno de los bailarines. A los 20 formó su propia compañía el Ballet des Chaps-Elysées.

Hay mucho contraste en la coreografía de Roland Petit, desde temas existencialistas hasta humorísticos, también pasando por el musical.

Tomó influencias de la danza clásica, la danza moderna, de Broadway y de la televisión.

Roland Petit animó a los jóvenes coreógrafos a hacer algo personal, no ha seguir con la danza clásica del siglo XIX.

De sus últimos grandes espectáculos destaca el Pynk Floyd Ballet (2004), creado sobre la música de la reputada banda, y estrenado por el Tokyo Asami Ballet.


MAURICE BÉJART


Maurice Béjart cuyo verdadero nombre era Maurice Jean Berge, nació en Marsella, Francia, el 1 de enero de 1927. Fue un innovador bailarín, coreógrafo y director de su propia compañía.

Debutó a los 18 años en el Teatro Municipal de Vichy y más adelante tomó parte del Ballet de Roland Petit y del Real Ballet Sueco donde se formó con grandes profesionales de la danza. Fue en una gira del Ballet Cullberg cuando descubrió la expresividad coreográfica por la que hoy se le conoce.

En 1953 fundó los Ballets de l´Étoile que se conocerían en 1956 como el Ballet Théatre de Maurice Béjart. En 1960 junto a su compañía, formó el Ballet du XXe Siècle.

En Francia redireccionó la danza, pensaba que de la danza clásica debían disfrutar todos, no solo una pequeña élite. Por esto y por sus innovaciones coreográficas las cuales estaban teniendo problemas, tuvo o que marcharse al Teatro Real de la Moneda en Bruselas.


Béjart produjo espectáculos a gran escala, utilizando bailarines con formación clásica y efectos coreográficos basados en la danza moderna y la acrobacia. 

En sus coreografías (muchas veces de música contemporánea) se utilizaban efectos teatrales como textos literarios y elementos audiovisuales, pero siempre destacando la figura del bailarín.

 Algunas de sus coreografías han estado inspiradas por escritores, pintores, religiosos, músicos, filósofos e incluso cineastas. 

Sus producciones más importantes han sido Bolero estrenada en 1961 la cual cuenta con elementos eróticos y El pájaro de fuego estrenada en 1970 con temática social y política.

 


Impartió clases en sus dos escuelas, Mudra (fundada en Bruselas en 1970) y Rudra (fundada en Lausana en 1992


Murió en Lausana, Suiza, el 22 de noviembre de 2007


Más información https://www.danzaballet.com/maurice-bejart-leyenda-viva-de-la-danza-mundial/

LA DANZA CONTEMPORÁNEA

La danza contemporánea aparece a finales del siglo XIX cuando un grupo de bailarinas (Loie Fuller, Isadora Duncan, Ruth Saint Denis, Martha Graham, Doris Humphrey y  Mary Wingman) sienten demasiadas restricciones a la hora de expresarse en el ballet. Hasta finales de la Segunda Guerra Mundial este estilo era llamado danza moderna pero por su evolución a partir de 1940 se decide cambiar el nombre a danza contemporánea.

Al querer romper con la perfección, la pureza, y el refinamiento anterior, la danza contemporánea busca la conexión con lo terrenal, lo humano, la transgresión y la ruptura de la estructura. 

Este tipo de danza, al igual que la danza clásica, pretende expresar una idea, una emoción, un sentimiento pero a través de una técnica menos estricta. Los bailarines pueden aparecer descalzos, se introducen movimientos de otros estilos (flamenco, danzas tribales, incluso yoga).

La danza contemporánea puede contar una historia con una estructura tradicional (presentación, clímax, desenlace), contar una historia no lineal o presentar un concepto, un ambiente o una estética determinada. Para poder representar esto se busca la innovación y creación de formas de movimiento.